El chocolate blanco a menudo se usa para hacer postres, pasteles y confitería, y también está disponible en diferentes formas, como barras, tabletas o spreads. También está disponible en muchos sabores diferentes, como vainilla, caramelo o frambuesa. El chocolate blanco se produce mezclando mantequilla de cacao, azúcar y leche en polvo o líquido. La cantidad de leche varía según la receta y la marca de chocolate, pero generalmente es entre el 10 y el 50% del peso total. El chocolate blanco tiene un contenido de cacao muy débil o cero, lo que le da su color blanco y su sabor suave y cremoso. El chocolate blanco a menudo se considera menos nutritivo que el chocolate negro o el chocolate con leche, ya que no contiene pasta de cacao, que es rica en antioxidantes y minerales. Sin embargo, contiene mantequilla de cacao, que es una fuente de grasas saludables para el cuerpo y, por lo tanto, se puede consumir con moderación.